La comunicación es la base del crecimiento personal, es una práctica imprescindible y automática para el ser humano. Comunicar no significa solamente intercambiar informaciones, sino sobre todo experimentar y aprender quién soy y cómo quiero vivir. En todo momento estamos comunicando, aunque cuando no decimos nada y creemos que "callar" anule la comunicación. De hecho, el proceso comunicativo comprende no solamente la parte del lenguaje verbal, sino también la parte del lenguaje no verbal y en particular, la parte emocional. Las emociones que sentimos y vivimos se apoderan de nuestra comunicación inconsciente y se expresan de manera inmediata, provocando acciones y reacciones a veces incómodas e ineficaces para el logro de un objetivo.
Saber comunicar correctamente a través de nuestras emociones nos ayuda a garantizar nuestra coherencia personal, a aumentar nuestra autoestima y a vivir libre de cargas emocionales inútiles, mejorando la calidad de nuestra vida y de nuestras relaciones.