La práctica diaria en técnicas de relajación contribuye a mejorar significativamente muchos aspectos de nuestro organismo y, consecuentemente, aumenta nuestra calidad de vida. Algunos de los beneficios de la relajación son: descanso más profundo y disminución del agotamiento, aumento del nivel de energía y optimismo, estabilidad emocional, aumento de la eficiencia en la vida cotidiana, mayor capacidad de concentración y memoria, etc. Todo ello, contribuye a favorecer la aparición de estados de bienestar duraderos. Además, se han observado cambios indirectos a nivel emocional como una mayor capacidad de concentración, de creatividad, o sensación de vitalidad, entre otros.
Necesidades:
Ropa cómoda, una manta y calcetines.